20/6/11




Hola terrícolas amigos!! Qué tal están? Sigo acá con mis hermanos circulares, disfrutando de las fiestas, las tardes de lectura, la recolección de frutas, la preparación de alimentos, cuidando a los pequeños Dubbys que pronto serán viajeros como yo. Estar aquí es maravilloso.
Tener proyectos nuevos y tener muchos deseos de que llegue la mañana para comenzar con todas las tareas. Sólo extraño la televisión. Pero tampoco tendría tiempo.
Al comenzar el día nos juntamos todos en el salón general a desayunar, compartimos nuestras viandas, reímos, porque es el mejor momento del día, y hay que comenzarlo feliz. El otro día una pequeña Dorys estaba muy seria, se acercó un guía y la llevó para conversar, porque es imposible empezar las tareas si algo te preocupa, obviamente no fue reprendida, esas actitudes no existen aquí. Si algo te preocupa, si una cuestión te acosa, hablás con el guia que encontrará la forma de resolver el problema con cariño y comprensión.
Luego todos nos dirigimos a ayudar con los quehaceres, los que no tenemos tareas designadas como me pasa a mí, por rebelde, asistimos a los otros que si la tienen, pero es tan hermoso, no se hacen una idea de lo agradable que el aire aquí. El trabajo en conjunto, tender manos a los que necesitan, sentirse útil, aprender, sin que uno sea más o menos que otros, todos igual.
Al mediodía con nuestros compañeros comemos al aire libre, contamos chistes circulares que obviamente a los terrícolas no les causaría gracia, así que no les cuento ninguno jajaja. Después de comer hablamos de nuestras cosas, todos están pendientes que les cuente cómo es la vida en la Tierra, pero a veces no quiero estropear un hermoso momento revelándoles que a veces la Tierra suele ser un lugar no tan bello como lo imaginan que a pesar de lo hermosos paisajes que tiene hay muy pocos humanos que podrían llegar a entender a un ser circular.
Me entrevisté con mi guia una de esas tardes para charlar sobre mi negación a volver, le expliqué que es casi imposible para mí sin un descanso poder viajar nuevamente. Es que aquí las cosas son tan bellas, nadie me dice qué hacer, ni me recuerda los errores que cometí, tampoco me discuten si está mal la última idea anarquista que estoy pensando o si pierdo mucho tiempo mirando las estrellas. No se necesita dinero para vivir en mi planeta, y lo más importante de todo no hay que vivir acelarado, ni correr el riesgo de que alguien lastime tu corazón. Me niego a volver.
Había olvidado tantas cosas, la alegría en el corazón, las cosquillas en el alma, la sabiduría sin dudas, dar opiniones sin ser cuestionado, mantener mi filosofía, no correr riesgos, no tener miedo, ser uno, ni acallar el yo interior.
Festejar todos los días, la alegría de amanecer, de ser, de mirar el cielo y verlo transparente y claro, tener proyectos, sueños y ambiciones, aquí no importa si tenés 15 o 300 años, siempre serás un ser circular capaz de emprender lo que desees.
Pero lo mejor de todo esto es saberse querido, no necesitar hacer nada para aceptar la aprobación de los demás, porque aquí no importa.
El eterno cuestionamiento terrestre no existe, podemos ver las lunas del color que nosotros queremos y podría pasarme horas explicándole a los demás el color que las veo sin necesidad de tener una teoría, explicación o por qué.
Así de feliz se vive en mi Estrella Circular.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tal como explicas la vida en ese hermoso lugar es evidente que hay felicidad algo que aquí es escasa, que esa felicidad te envuelva y se quede siempre contigo.
Por mi parte mi vida aqui es ambulante como la feria o el circo, aún acabo de volver hace unos dias de mi último viaje.
Un abrazo.
Ambar

David Cotos dijo...

Cuentate uno de esos chistes please....

Primerodemayo dijo...

Saludos desde la tierra =D, a ver si algún día me llevas a ese mundo tuyo, dudo mucho que sea peor que el nuestro

Natacha dijo...

¡Guapa!
Besitos, mi niña.
Natacha